El 5 de agosto de 2024, los mercados financieros globales experimentaron una de sus caídas más severas del año, un evento que rápidamente se denominó el “Lunes Negro”. Este colapso no solo impactó a las bolsas de valores, sino que también provocó una ola de incertidumbre económica a nivel mundial.

Para entender lo que sucedió es fundamental conocer el concepto de ‘carry trade’.

En el enorme universo de las inversiones y el trading, el ‘carry trade’ aparece como una estrategia que ha capturado la atención de muchos inversores. Este método, aunque puede ofrecer rendimientos atractivos, también conlleva riesgos que es determinante entender.

El ‘carry trade’ es una estrategia de inversión en la que un inversor toma prestado dinero en una moneda con una tasa de interés baja y lo invierte en una moneda con una tasa de interés más alta. El objetivo es beneficiarse de la diferencia entre las tasas de interés, conocida como el ‘carry’. La idea es que el rendimiento obtenido de la moneda con la tasa de interés alta compense los costes del préstamo en la moneda con la tasa de interés baja, generando así una ganancia neta.

Veamos un ejemplo para entender cómo funciona:

Lo primero que habría que hacer es identificar dos monedas con una diferencia significativa en sus tasas de interés. Por ejemplo, si la tasa de interés en Japón es del 0.5% y la tasa en Australia es del 3.5%, el ‘carry trade’ implicaría tomar prestado en yenes japoneses y comprar dólares australianos.

Es importante monitorizar las tasas de cambio y las tasas de interés, ya que pueden fluctuar. Si la moneda con la tasa de interés baja se aprecia frente a la moneda con la tasa alta, las ganancias del ‘carry trade’ pueden verse reducidas o incluso transformarse en pérdidas.

El ‘carry trade’ puede ser una herramienta poderosa en el arsenal de un inversor, pero no está exento de riesgos. A continuación, detallo cuales serían los principales riesgos de esta estrategia:

  • Riesgo de Tipo de Cambio: Las fluctuaciones en los tipos de cambio pueden impactar significativamente las ganancias del ‘carry trade’.

Viendo el ejemplo anterior, si el dólar australiano se deprecia frente al yen japonés, necesitaré más dólares australianos para devolver el préstamo en yenes, lo que puede resultar en una pérdida.

 

  • Riesgo de Tasa de Interés: Cambios en las tasas de interés de las monedas involucradas pueden afectar la rentabilidad de la estrategia.

En el ejemplo, si el banco central de Australia reduce las tasas de interés, el rendimiento de las inversiones en dólares australianos disminuirá, reduciendo el atractivo del ‘carry trade’.

 

  • Riesgo de Liquidez: En mercados de divisas con baja liquidez, puede ser difícil vender una posición a un precio razonable, especialmente durante períodos de alta volatilidad.

Una vez entendido este concepto, pasaremos a identificar por qué a principios de agosto la bolsa japonesa colapsó.

El Nikkei, principal índice bursátil del país cayó ese día más de un 10%, una de las mayores caídas de su historia. Y no solo eso, el viernes inmediatamente anterior, el 2 de agosto, el Nikkei ya había caído más de un 4%, algo muy poco habitual.

Esto arrastró a las bolsas de Europa, Estados Unidos y otros países, que sufrieron descensos importantes, aunque más moderados que los de Japón. ¿Cuáles fueron los motivos?

El banco central de Japón lleva más de 20 años con unos tipos de interés cercanos al 0%, mientras que en la Eurozona y en EEUU, los bancos centrales han ido subiendo en los últimos años los tipos de interés para hacer frente a la inflación. Así, el Banco Central Europeo subió sus tipos desde el -0,5% hasta el 4%, y la Reserva Federal desde el 0% hasta más del 5%.

Esto creó un escenario muy atractivo para realizar operaciones ‘carry trade’. Por lo que una gran cantidad de inversores empezaron a endeudarse en yenes para invertir en otras divisas, como el dólar estadounidense, el euro o el dólar australiano. Y fue así, cómo el yen empezó a depreciarse frente a todas esas divisas.

En julio de 2024 salieron a la luz los datos de empleo de Estados Unidos, y fueron peores de lo esperado, indicando una situación económica delicada, creciendo así las expectativas de una reducción de los tipos de interés en el corto plazo por parte de la Reserva Federal.

Además, el 31 de julio de 2024 el banco central de Japón anunció que subiría los tipos de interés del 0% al 0,25%, y que en próximos meses se realizaría al menos otro aumento más.

Ambas noticias fueron negativas para los inversores en ‘carry trade’. El yen empezó a apreciarse con respecto al dólar y otras divisas, empeorando todavía más las perspectivas de estos inversores.

En esas circunstancias, la mayoría de estos inversores empezaron a liquidar sus activos y devolver sus deudas en yenes, antes de que la situación se pusiera peor. Buena parte de esos activos eran renta variable de Japón, Europa, Estados Unidos y otros países.

Por fortuna, el fenómeno no fue a más y en cuestión de 2 ó 3 semanas las bolsas recuperaron sus niveles previos.

Para los inversores a largo plazo, las fluctuaciones puntuales del mercado como la sucedida a principios de agosto de 2024 no son demasiado importantes, incluso pueden llegar a presentar oportunidades de inversión. Aprovechar estos momentos para adquirir activos de alta calidad a precios descontados, puede ser clave para mejorar así la rentabilidad futura cuando los mercados se recuperen.

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