La victoria de Donald Trump en las últimas elecciones presidenciales de Estados Unidos ha puesto sobre la mesa varios debates económicos importantes. Uno de ellos es el de los aranceles. Trump defiende una política de fuertes aranceles a las importaciones, especialmente para productos procedentes de China.

Los aranceles tienen consecuencias profundas en la economía. Afectan a las empresas, a los consumidores y al propio gobierno. También pueden afectar a muchos inversores. En este vídeo hablamos de los efectos de los aranceles, y de qué podemos hacer como inversores para que una decisión de la Casa Blanca o de cualquier otro gobierno afecte lo menos posible a nuestra rentabilidad.

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Los aranceles son impuestos que un país aplica a los bienes y servicios importados desde otros países. Su efecto inmediato es que incrementan el precio de los productos importados. Los gobiernos suelen aplicarlos para hacer los productos de otros países menos competitivos con respecto a los productos locales.

Por ejemplo, imaginemos que Estados Unidos impone un arancel del 20% a los automóviles importados desde Alemania. Si el precio original de un coche importado es de 50.000 dólares, un comprador estadounidense tendría que pagar 60.000 dólares por el coche tras añadir el 20% de arancel. Esto hace que los automóviles locales, como Ford o General Motors, puedan ser una opción más atractiva.

Vamos a ver cuáles son los efectos de los aranceles para cada uno de los actores económicos implicados en este juego de batallas comerciales.

Las empresas exportadoras extranjeras son las primeras que sufren un impacto negativo. La subida de los aranceles encarece el precio de sus bienes y servicios en el país al que exportan, y por lo tanto disminuye la demanda y las ventas.

Imaginemos que un fabricante de automóviles alemán como BMW que exporta a Estados Unidos suele vender 100.000 vehículos al año a un precio medio de $50.000. Un arancel del 20% hará que el precio medio se encarezca a $60.000 para los compradores estadounidenses, y casi seguro que BMW venderá menos coches.

BMW tiene la alternativa de reducir sus precios para compensar el efecto del arancel, si es que tiene el margen para hacerlo. Así podría perder menos ventas, pero sí perderá beneficios por haber reducido su margen.

Las empresas importadoras locales también se verán perjudicadas por el aumento de los aranceles.

Imaginemos una empresa de venta de vehículos en Estados Unidos que importa coches BMW desde Alemania y los distribuye a cambio de un porcentaje del precio de venta. El arancel hará que se vendan menos coches BMW al año en Estados Unidos. Como consecuencia, la empresa importadora también verá reducido su negocio y sus ingresos. Muchos empleados de estas empresas pueden perder su trabajo, o al menos lo tendrán más difícil para mejorar sus condiciones laborales.

Las empresas locales que compiten directamente con los bienes y servicios extranjeros importados pueden verse beneficiadas por el aumento de aranceles. Como los productos importados se encarecen, los productos de estas empresas pueden resultar más atractivos para los consumidores.

Si el aumento de aranceles a los vehículos alemanes encarece el precio de venta final de los coches BMW en Estados Unidos, los fabricantes locales tendrán precios más competitivos en comparación. Y muchos consumidores estadounidenses pueden decantarse por opciones locales por esta diferencia de precio.

Empresas como Ford, General Motors o Tesla pueden verse beneficiadas en este ejemplo con mayores ventas dentro del país. Y con ello también se ven beneficiados los trabajadores de estas empresas, con mayor seguridad laboral y salarios más altos.

Los consumidores locales son, casi siempre, los principales perjudicados por los aranceles. Parte de la oferta de productos y servicios disponibles se encarece de la noche a la mañana.

Si Estados Unidos implanta fuertes aranceles a la importación de vehículos, los consumidores locales ven limitadas sus opciones. Por un lado, se encarecen alternativas más económicas como pueden ser algunos modelos de Toyota. Por otro lado, comprar un coche alemán de alta gama se vuelve mucho más caro.

Otro posible efecto es que los fabricantes locales puedan subir sus precios, gracias a que los aranceles aumentan artificialmente los precios de los vehículos importados. Es decir, se terminan encareciendo todos los productos del sector, no solo los importados. Y los consumidores se ven obligados a pagar más.

El gobierno que impone los aranceles recauda ingresos adicionales por cada producto y servicio importado. Pero esto no necesariamente significa que recaude más en total, ya que los aranceles disminuyen las importaciones y el resultado neto podría ser negativo para el gobierno.

Cuando un gobierno impone aranceles su objetivo no suele ser recaudatorio, sino más bien beneficiar a industrias locales o perjudicar a algún país competidor. Sea cual sea su fin, el gobierno tiene el poder de fijar aranceles de la noche a la mañana, con todas las graves consecuencias que ya hemos comentado.

Trump ya aumentó con fuerza los aranceles durante su primer mandato. Para su segunda presidencia planea intensificar esta estrategia especialmente con China, subiendo los aranceles todavía más, en especial a productos tecnológicos e industriales.

Su objetivo es doble. Por un lado, proteger a la industria estadounidense poniendo trabas a la fuerte competencia de las empresas chinas. Por otro lado, busca reducir su déficit comercial con China, ya que Estados Unidos es el mayor importador del mundo y China el mayor exportador.

Como los aranceles benefician a ciertas empresas y perjudican a otras, tienen un impacto directo en los mercados financieros.

Un aumento generalizado de los aranceles en el mundo encarece el comercio internacional, y en consecuencia perjudica a empresas cuyo negocio depende en buena parte de las exportaciones y las importaciones. A la vez, beneficia a empresas cuyo negocio principal sea el mercado local de su país.

Para un inversor, tener gran parte de su cartera invertida en empresas que pueden verse perjudicadas por una guerra comercial puede afectar gravemente a su rentabilidad a medio y largo plazo. Diversificar nuestras inversiones con empresas de distintos sectores y economías es clave para que decisiones políticas como las de Donald Trump nos afecten lo menos posible.

En Cobas invertimos siguiendo la filosofía del value investing, que busca empresas de gran calidad infravaloradas por el mercado de muy diversos sectores y países, para invertir en ellas a largo plazo.

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Si te ha gustado este vídeo, aquí te dejamos otro sobre cómo las elecciones en Estados Unidos afectan a los mercados financieros, y que también te puede gustar.

Gracias por ver hasta el final y nos vemos en un próximo vídeo, aquí, en el canal de Cobas.

 

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