Siempre he pensado que, si alguien me hubiera enseñado a invertir y a entender el modelo de valor mucho antes, mis beneficios hubieran sido mayores y me habría evitado algún tropiezo previo. Por eso creo que es fundamental desarrollar la vocación por el ahorro y la inversión a largo plazo en los jóvenes que, en general, reciben poca formación financiera. Por eso creo que Value School es una excelente idea que nos puede aportar mucho.
Por mi parte, quiero compartir desde estas líneas una iniciativa de inversión que estoy desarrollando con mis hijos y sobrinos, y a la que he denominado WatermelonCart Investment Initiative: Programa de Inversión Jóvenes Inversores.
El objetivo del programa es familiarizar a mis hijos y sobrinos (los inversores) con el ahorro y la inversión. Les ofrezco unas condiciones atractivas que fomentan la decisión de invertir y evitan la tentación de salir corriendo con las primeras caídas. El nombre que le he otorgado en inglés es un poco de marketing mezclado con una anécdota familiar. Y el funcionamiento es el siguiente:
Abro una cuenta en la gestora Cobas Asset Management a mi nombre. Elegimos un fondo e invertimos en él.
La aportación inicial de mis inversores familiares debe estar entre un mínimo de 500 euros y un máximo de 5.000. Para simplificar el modelo y la gestión he establecido que las cantidades deben ser múltiplos de 500 euros.
Mis inversores están protegidos por mí ante posibles pérdidas durante los tres primeros años. De forma que en ese periodo pueden recuperar su inversión completa, aunque el fondo pueda perder dinero.
En el caso de que el fondo esté ganando dinero, mis inversores familiares no sólo tendrán derecho a la rentabilidad que generen sus participaciones, sino que les duplicaré esas ganancias.
Ejemplo 1: Si uno de mis inversores invierte 1.000 euros, pero el fondo pierde el primer año un 8%. No importa, este inversor conserva sus 1.000 euros.
Ejemplo 2: Si el inversor invierte 1.000 euros y el fondo genera una rentabilidad del 10%. Mejor todavía, porque premiaré a este inversor con el 20% de rentabilidad sobre lo invertido, o sea 200 euros. Las rentabilidades se calculan desde la fecha de cada aportación.
Mis inversores familiares pueden hacer tantas aportaciones como deseen, en múltiplos de 500 euros, siempre coincidiendo con los aniversarios de la apertura del fondo.
Asimismo, mis jóvenes inversores pueden optar en cada aniversario por una de las siguientes alternativas:
1.- Retirar todo o parte de su dinero y todos o parte de los beneficios.
2.- Seguir invertido otro año completo.
3.- Invertir más dinero, en múltiplos de 500 euros.
A partir del tercer aniversario mis inversores asumen las pérdidas que se pudieran generar desde ese momento en adelante (no las pasadas, que las asumo yo), pero siguen accediendo al doble de la rentabilidad.
Esta modificación de condiciones obliga a mis inversores, tras tres años de experiencia, a enfrentarse a potenciales pérdidas y a tomar decisiones de permanecer en el fondo o salir. Ahora bien, mantengo el incentivo del doble de rentabilidad para animarlos a quedarse.
El programa tiene una duración inicial de 5 años
En las Navidades pasadas realicé la primera Reunión Anual de Inversores, y les he regalado el libro “Invirtiendo a Largo Plazo”, para ilustrarles un poco más sobre la filosofía value y otros valores, no necesariamente financieros, que también aparecen en el libro. Por ejemplo, la importancia del aprendizaje continuo, la disciplina, mantener la cabeza fría en momentos complicados o ser críticos y no necesariamente seguir el pensamiento común, entre otros.
¿Y yo pierdo dinero con este programa?
Antes de responder a esta cuestión, quiero explicar mi trayectoria histórica en la inversión value. Estuve 12 años como partícipe en Bestinver en la época en la que Francisco García Paramés era el director de Inversiones. Mi confianza en Paco, en su modelo de inversión y en su disciplina de ejecución, me ayudaron a resistir a la tentación de salir en el año 2009, en pleno apogeo de la crisis. Y al final, he ganado bastante dinero en esa etapa. En torno a un 230% de revalorización. Ahora he invertido a través de Cobas Asset Management desde que se creó, y tengo muy buenas expectativas.
Por esa razón, la respuesta a si yo pierdo dinero es no. No pierdo dinero, porque acompaño la inversión de mis hijos y sobrinos con otra mía de mayor cuantía en el mismo fondo. De manera que, si a largo plazo va bien, y de esto no tengo ninguna duda, mis beneficios darán de sobra para cubrir pérdidas puntuales de algún inversor familiar que decida retirarse antes de tiempo y también para pagar tranquilamente el doble del beneficio para los que se queden. Es decir, yo simplemente ganaré algo menos, pero habré enseñado a mis queridos inversores algo que considero que les va a ser de mucha utilidad a lo largo de su vida.
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