¿Están nuestras pensiones aseguradas como venimos creyendo? Creo que no existe una pregunta que genere tanta controversia como la anterior y, por ello, animo a reflexionar sobre ella a todos los que estáis leyendo este blog.
Las pensiones configuran uno de los temas que más preocupa a la sociedad. Precisamente hace unos días mi sobrina le preguntaba a su abuelo, si ella cuando llegue a su edad de jubilación (dentro de unos… ¿40 años?) recibirá una pensión que la permita vivir tranquila, como él, manteniendo un buen nivel de vida. Para qué engañarnos: la situación actual de nuestro sistema público de pensiones no parece muy sostenible en el tiempo, por lo que no es muy recomendable basar nuestra jubilación únicamente en este sistema.
Veréis. Actualmente contamos con un sistema de reparto, es decir, un trabajador cotizante hoy está financiando la pensión de un jubilado hoy y, a su vez, los que estamos ahora trabajando seremos financiados por la generación que nos sigue. Y así sucesivamente. ¿Qué sucede? Que para que este sistema funcione, es de vital importancia mantener la capacidad de pago de las pensiones, o lo que es lo mismo, que exista una base de trabajadores amplia para que sus cotizaciones sostengan las pensiones de los beneficiarios del sistema.
Y aquí viene el primer problema: cada vez es superior el número de personas mayores de 65 años a la vez que el número de niños que nacen en nuestro país se reduce, de forma que nuestra pirámide poblacional se está invirtiendo. ¿Seremos los trabajadores españoles capaces de financiar todas las pensiones?
Entonces viene el segundo problema: el gasto de las pensiones. Ha crecido en más de un 170% en las últimas dos décadas, representando ya la mayor partida de los Presupuestos Generales del Estado, entorno al 12%. El informe Ageing Report de la Comisión Europea estima que las pensiones de jubilación cubrirán tan solo el 49% de los últimos salarios (conocido por la tasa de reemplazo o de sustitución, esto es, el porcentaje de ingresos en la jubilación respecto a los ingresos previos como trabajadores en activo), acercándose así a la media europea.
Esto supone que, en términos reales, las pensiones serán mucho más reducidas de lo que hoy son.
Y, si me permitís, añadiría un tercer problema: la falta de hábito y concienciación del ahorro en nuestro país. Son numerosos los estudios que confirman que España sigue a la cola de los países con mayor costumbre de ahorrar y de reservar parte de su patrimonio de forma que garantice una solvencia digna una vez la jubilación llegue.
El efecto que esto produce en la sociedad es de una gran dependencia a nuestro sistema público. Y esto debe cambiar. Debemos cambiar. Esta situación empeorará progresivamente, siendo cada vez más insostenible, obligándonos a ahorrar de cara a nuestra jubilación y a eliminar esa premisa de que nuestra prestación por jubilación está “garantizada”.
Por tanto, consideramos evidente la necesidad de transformar este sistema de reparto hacia uno mixto que incluya la capitalización de nuestras inversiones, a través del ahorro privado, donde cada individuo cotice para sí mismo, ya sea vía fondos de inversión o planes de pensiones, siendo éstos últimos los vehículos por excelencia donde canalizar dicho ahorro.
El incentivo a la inversión en planes de pensiones tampoco ha sido fácil tras los últimos cambios regulatorios en materia de pensiones. Si bien en 2020 la cantidad a desgravar por un individuo en su declaración de la renta era de hasta 8.500€, hoy en día esa cifra se reduce a tan sólo 1.500€. En su lugar, se pretende potenciar los planes de pensiones de empleo, ampliándose a 10.000€: 1.500€ en el conjunto de previsión social más 8.500€ en el marco de empleo, siempre y cuando exista contribución empresarial.
Cobas Empleo 100
Los últimos cambios regulatorios llevan a las empresas a ser las claras protagonistas del futuro de nuestras pensiones. Un cambio en el modelo de las pensiones que inevitablemente está por venir.
Por ello, toma más relevancia que nunca los planes de pensiones de empleo. Éstos no son más que un vehículo de ahorro a largo plazo promovido por empresas y administraciones públicas para sus empleados, con la finalidad principal de complementar las rentas que éstos puedan obtener a través de la Seguridad Social y/o ahorro privado.
Se trata de una relación de simbiosis. Empresa y empleado ganan.
El empleado no sólo se beneficia de mayores reducciones fiscales por las aportaciones realizadas (será deducible en el IRPF tanto lo que aporte él mismo como lo que su empresa haga en su nombre), sino que son un símbolo de beneficio social en su retribución. La calidad del paquete retributivo mejora, por lo que el resultado obtenido es el de un empleado más contento, mejor valorado por su compañía y con una mayor satisfacción laboral. En definitiva, un empleado más productivo.
De la misma forma, la empresa mejora el compromiso con su plantilla y, sin duda, la diferencia de la competencia. En términos fiscales, será un gasto deducible en el Impuesto de Sociedades lo que aporte en nombre de sus empleados, además de disfrutar de una bonificación de hasta el 10% de lo aportado en la cuota íntegra del impuesto (dependerá del sueldo bruto del trabajador) y de deducciones en pagos a la Seguridad Social, siempre que aporte al empleado mensualmente.
Cobas AM incluye entre sus soluciones de inversión Cobas Empleo 100, nuestro plan de empleo aplicando la filosofía de inversión value. Creemos que estar preparados de cara a la jubilación con nuestra visión a largo plazo conjuga muy bien con el compromiso de hacer crecer el patrimonio de nuestros co-inversores en el tiempo.
El plan replica nuestro fondo de inversión Cobas Selección FI, el cual invierte un 85% en compañías de la cartera internacional y un 15% de la ibérica, con una comisión de gestión del 1%. Cubre las mismas contingencias que un plan de pensiones individual y que, una vez extinguida la relación laboral con la empresa, el empleado podrá traspasar (sin peaje fiscal) a cualquier otro plan de empleo que su nueva empresa le pudiera ofrecer o a cualquier plan de pensiones individual.
Siguiendo con nuestro compromiso de divulgación financiera, no solamente queremos ofrecer a la empresa una solución de planificación financiera que les permita dar cobertura complementaria a sus empleados desde un punto de vista de inversión, sino también nos comprometemos con ayudarles en su formación financiera. Para ello, en colaboración con Value School ponemos a disposición de las empresas una formación gratuita para los empleados, formada por un enriquecedor contenido audiovisual, donde cada empleado pondrá en valor lo que su empresa está haciendo por él con este vehículo de inversión.
¿Cómo adherirse a Cobas Empleo 100?
Una vez que la empresa tome la decisión de proporcionar a sus empleados Cobas Empleo 100, el proceso es sencillo. Tan sólo se necesita el acuerdo de adhesión de la empresa y las especificaciones propias del plan (cantidades a aportar, colectivo partícipe, etc.).
Una vez la Comisión de Control valide la documentación, daremos acceso, tanto a empresa como a empleados, a nuestra plataforma digital para la gestión de planes de empleo.
Desde el equipo de relación con inversores estaremos encantados de resolver cualquier duda y de proporcionar más información.
Ser menos dependientes
En Cobas AM creemos firmemente en el ahorro y en la inversión a largo plazo, y velamos por la digna jubilación de los individuos.
En definitiva, convertirnos en menos dependientes del sistema que nos acontece y ser más libres, siendo los planes de empleo una de las mejores alternativas que nos ayuda con el entorno actual.
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