Si te preguntara qué nota te darías como inversor del 1 al 10, ¿qué dirías?
Te adelanto que te pondrías una nota muy cercana al notable, de hecho, me atrevería a decir que si agrupáramos los resultados agregados que obtendríamos al preguntar a todos los inversores que lean este blog serían que la mayoría se evalúa por encima de la media.
En el emocionante mundo de la inversión, donde la promesa de ganancias puede ser tan tentadora como el riesgo de pérdidas, observamos un fenómeno psicológico intrigante: el Efecto Dunning-Kruger.
Acuñado por los psicólogos sociales David Dunning y Justin Kruger en 1999, este sesgo cognitivo revela cómo la falta de conocimientos en una determinada materia puede ir de la mano con una sobreestimación de las propias habilidades financieras.
El Efecto Dunning-Kruger en inversión se manifiesta cuando los inversores con conocimientos financieros limitados -podemos decir que no son expertos en la materia- tienden a sobrevalorar su capacidad para tomar decisiones de inversión acertadas. Esta sobreestimación es a menudo el resultado de una falta de autoconocimiento, experiencia o evaluación de riesgos.
Este sesgo cognitivo es especialmente ‘tramposo’ en el ámbito de la inversión y puede traducirse en inversores que creen tener una comprensión completa del mercado y previsión de sus fluctuaciones, y toman decisiones basadas en el ‘market timing’, que habitualmente lastran su rentabilidad en el largo plazo.
Entonces, ¿cómo pueden los inversores mitigar el impacto del Efecto Dunning-Kruger en sus decisiones financieras? La educación y el autoconocimiento son clave.
Analizar pormenorizadamente cada uno de los activos donde se va a invertir, hacer una planificación basada en objetivos y buscar un conocimiento profundo de todos los aspectos inherentes a cada inversión son estrategias clave para paliar los efectos de ese sesgo. Escuchar otras opiniones y puntos de vista y permanecer abierto a la crítica constructiva también impulsarán a escapar de este efecto.
Además, la diversificación de la cartera y una estrategia a largo plazo pueden proporcionar una protección contra las decisiones basadas en la confianza excesiva en los conocimientos propios. Reconocer la propia ignorancia en la materia y estar dispuesto a aprender de los errores también son componentes clave para evitar caer en la trampa del Efecto Dunning-Kruger en la inversión.
Tener buenas herramientas a nuestro alcance es una garantía de éxito para conocer nuestro cerebro inversor y cómo tomamos las decisiones. En la app BrainVestor encontrarás muchas herramientas, ejercicios, vídeos, podcast, etc., que harán que tu experiencia inversora y tus resultados sean cada vez mejores.
En última instancia, el Efecto Dunning-Kruger nos recuerda la importancia de la prudencia y la curiosidad por aprender en el mundo de la inversión. Reconocer nuestras propias limitaciones y estar dispuestos a aprender son pasos fundamentales para tener una experiencia inversora de éxito.
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