Existen muchas clases de inversores en el mercado. Cada uno es diferente del siguiente. Estilos distintos reflejan educaciones diferentes, experiencias vitales dispares y personalidades variadas. Hoy en día, además, tenemos inversores-algorítmicos, que a su vez reflejan diversos horizontes temporales y teorías sobre la generación de “alpha”.
Nosotros en Cobas tratamos con lo que la gente llama Inversión Value. Pero incluso en este ámbito más reducido hay muchos tonos de gris. Algunos dicen que invierten en Value pero que la calidad viene antes. Otros dicen invertir en “Deep Value”. Otros favorecen compañías de capitalización pequeña. Pero siendo claros, las etiquetas son sólo etiquetas. Nosotros estamos interesados en el sentido común, en cuánto valen las cosas y cuánto se puede pagar por ellas, así como los riesgos que conllevan. No hay nada diferente de comprar zapatos, coches, casas o pagar vacaciones. Cosas que todo el mundo hace en su vida cotidiana.
Mientras exploramos el mundo en busca de diamantes ocultos debemos ser realistas: los mejores diamantes, expuestos en vitrinas por las grandes marcas de joyería en las principales calles de las ciudades tendrán alto precio. Se trata de gran calidad y garantía sin importar el precio. Encontrar eso realmente no requiere habilidad… y ése no es el trabajo por el que un inversor profesional debería cobrar comisiones.
Nosotros trabajamos duro para desenterrar diamantes escondidos en lugares remotos, o diamantes desechados que tiene valor para usos alterativos, o todavía mejor, diamantes que sólo necesitan ser pulidos y limpiados para mostrar todo su valor. Nuestros diamantes serán negocios gestionados por equipos directivos excelentes. Negocios que dan beneficios y que no es probable que desaparezcan en el futuro previsible, y que incluso son dueños de activos como caja neta, terrenos o edificios, participaciones en otras compañías etc. A nosotros nos importa sobremanera la calidad. La de los negocios, pero también la de las inversiones, y el precio de compra es un determinante crítico de las últimas.
Las fluctuaciones cíclicas son necesarias
Un gran modo de encontrar diamantes ocultos que no obliga a sacrificar la calidad es buscarlos cuando de manera periódica se retira la marea y los demás huyen asustados, temiendo que enseguida llegue un tsunami. Así encontraremos “diamantes cíclicos”. Y, sin embargo, los ciclos no son malos, no perjudican la calidad. No son distintos del frío, o la lluvia o el viento… La lluvia es mala el día de tu boda… y buena para los agricultores. ¿Y qué hay de los incendios en la sabana africana? Son necesarios, la regeneran y la preparan para los nuevos brotes.
Del mismo modo, las fluctuaciones cíclicas son necesarias en algunas industrias. Separan el trigo de la paja, fortalecen a las compañías que sobreviven y que son líderes y mantienen el exceso de inversión a raya. Los ciclos de negocio pueden incluso actuar como barreras de entrada desincentivando la entrada de competidores ya que tienen que acertar con el timing también.
Los ciclos son simplemente parte de la naturaleza de algunos negocios y parte del mercado. Siempre han estado ahí, y ahí seguirán. Así que nosotros los esperamos, contamos con ellos y los usamos para nuestro beneficio. Nuestro trabajo es entender las fluctuaciones e intentar separar lo cíclico de las amenazas estructurales.
Nos esforzamos en identificar las compañías que se verán reforzadas por el vaivén del péndulo en base a su historia. También intentamos valorar cuánto podría retroceder el ciclo esta vez, cuánta hierba arderá hasta que el fuego simplemente se extinga. Y cuando el mercado pierde la calma en el corto plazo, nosotros recibimos nuestra oportunidad. La oportunidad de aplicar nuestra mayor ventaja: un horizonte temporal de inversión a largo plazo.
Así es como usamos los ciclos en multitud de negocios, para invertir en empresas y activos de gran calidad, gestionados por equipos excelentes, a precios de saldo. Me encantaría que hubiera una pegatina para mi coche así: I LOVE CYCLE.
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