Cuando hablamos de compra y venta de acciones rápidamente nos viene a la mente las típicas imágenes de película de la bolsa de Nueva York en Wall Street. Mucho ruido, mucho estrés, corredores de bolsa con dos teléfonos a la vez al grito de ¡COMPRA!, ¡VENDE!… Debo decir que lo que hacemos en la Mesa de Operaciones de Cobas AM difiere bastante de ese mundillo.
Es importante diferenciar entre dos términos que seguramente hayan escuchado o leído previamente:
- BUY SIDE – es el término financiero que hace referencia a las instituciones “compradoras” en los mercados. Se encargan de gestionar una cartera de diferentes productos financieros con el fin de generar ganancias para sus inversores. (Gestoras de fondos de inversión, gestoras de fondos de pensiones, hedge funds…).
- SELL SIDE – es el término financiero que se utiliza para referirse a bancos de inversión, brókers y otras firmas que se encargan de recibir las órdenes del BUYSIDE y ejecutarlas en el mercado. Estas órdenes pueden ser sobre acciones, bonos, derivados… (Un ejemplo sería MORGAN STANLEY, JP MORGAN o CITIGROUP)
Una vez identificados los jugadores en el tablero vamos a explicar en qué consiste, a grandes rasgos, el trabajo de la Mesa de Operaciones.
Podríamos decir que nuestra tarea diaria es, básicamente, ir a hacer la compra. Imaginemos que nuestra cartera de valores es el menú y para configurarlo hay que comprar los ingredientes.
Para ello todos los días tendremos actualizados a primera hora tres datos fundamentales de nuestras carteras:
- Número de títulos -> Consiste en contabilizar diariamente las compras/ventas que realicemos sobre cada activo para obtener el número de acciones que hay en cartera.
- Cotizaciones -> Tomamos los precios a tiempo real de cada uno de los activos que componen la cartera.
- Efectivo/Cash -> El dinero o cash invertible con el que contamos después de contabilizar las suscripciones, reembolsos, eventos financieros, etc. que haya habido en el fondo.
Toda esta información es almacenada y actualizada en nuestro programa de gestión de carteras.
Ahora, ya sólo nos falta la lista de compra. Esta lista nos la da el “chef Paramés”.
Disponemos de varias estrategias/menús que son:
- Internacional
- Iberia
- Grandes Compañías
Dependiendo del menú que nos toque configurar tendremos que comprar ingredientes más comunes y fáciles de encontrar en cualquier mercado (Grandes Compañías) pero también tendremos que comprar algunas “delicatessen” que como imaginaréis son mucho más difíciles de encontrar y están sujetas a costes más elevados.
Por tanto, una vez tenemos la lista de las cosas que hay que comprar nos vamos al supermercado y empezamos a “añadir al carrito”.
Primero hacemos un cálculo exacto de las cantidades a comprar o vender de cada activo/ingrediente para obtener un plato al punto. Si en cualquier momento nos pasamos de sal, grasas o azúcares, es decir, salta algún tipo de posible incumplimiento de compliance, nuestro sistema de gestión de carteras nos alertará de ello y tomaremos las medidas necesarias.
Una vez realizado el cálculo de los ingredientes añadimos todos estos productos al carrito y desde éste seleccionamos en qué mercado/mercados están las mejores ofertas.
Nuestra lista de proveedores/brokers es muy extensa, trabajamos con más de 30 contrapartidas. Es una gran ventaja disponer de tan elevado número de opciones ya que es como hacer la compra en un gran centro comercial, donde podemos encontrar prácticamente de todo, algunas tiendas nos darán acceso exclusivo a los productos de temporada y otras, que son como el Club del Gourmet, para cuando tengamos que comprar las trufas blancas, que están muy presentes en nuestros menús. Precisamente es este tipo de ingredientes lo que nos distingue y nos hace exclusivos.
Una vez que enviamos nuestras órdenes/ingredientes a los brokers, son ellos los que se encargan de ir al mercado y entregárnoslo en casa.
Cuando queramos comprar ingredientes básicos seleccionaremos una compra a granel, ya que sabemos que son fáciles de encontrar por su abundancia y no requiere de gran esfuerzo. Esto es lo que se conoce como servicio “low touch” y es ejecutado por algoritmos.
Cuando tenemos que comprar ingredientes más complejos, bien sea por su localización, escasez o exclusividad utilizamos un servicio premium, un “personal shopper” denominado “high touch”.
Dicho esto, imaginemos que estamos en una lonja para comprar sardinas, empezará la subasta y seguramente podamos comprar la cantidad que necesitamos y llegar a un acuerdo sobre el precio rápidamente. Pero si queremos comprar percebes gallegos la cosa cambia.
Hay que tener en cuenta que no se ofertará una gran cantidad dada su dificultad para la pesca y su escasez. Por tanto, lo mejor sería comprarlos en Galicia y, si es posible, directamente a un percebeiro. Es decir, comprarlos localmente o incluso de forma directa si conoces a la persona que los recoge. Dentro de nuestra red de brokers tenemos lo que se llama brokers “nicho”. Suelen ser brokers pequeños, localizados en las plazas donde cotiza el valor que estamos buscando y que suelen conocer y tener contacto con los principales accionistas. De esta manera pueden conseguirnos una mayor liquidez sin impactar en el precio de la acción.
Pero ¿y si tenemos una boda y hay que comprar grandes cantidades de cualquiera de estos ingredientes? Aquí entra en juego otro tipo de contrapartidas que también están dentro de nuestra matriz.
¿Han oído hablar de los “dark pools”? Seguramente sí. Podemos definirlo como una especie de mercado privado, de acceso restringido en el que se negocian grandes cantidades de acciones sin impacto en el precio (grandes bloques). Entre los nombres más importantes de estos pools está Liquidnet, BIDS/CBOE, POSIT…
Una vez que ya hemos comprado todo lo necesario para llevar a cabo los diferentes menús toca cocinarlos bien y después ver, con el paso del tiempo, si se hicieron buenas adquisiciones y si éstas eran de calidad.
Ustedes, como clientes, son los que nos darán o quitarán las preciadas Estrellas Michelín.
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