Hace más de 30 años se estrenó “Atrapado en el Tiempo”, película en la cual un reportero (interpretado por Bill Murray) va a cubrir, con cierto desdén, el evento del “Día de la Marmota”. En él la marmota Phil predice si el invierno continuará o si terminará pronto. El reportero queda atrapado en un bucle temporal reviviendo una y otra vez el mismo día.
Se puede decir que en los mercados financieros pasa lo mismo. A comienzos de cada año se publican las perspectivas económicas de los grandes bancos para el nuevo ejercicio y hacemos cábalas sobre qué activos se comportarán mejor, con ánimo de averiguar cuál será el mejor posicionamiento para 2025. Desde hace unos cuantos años, además, parece que vivimos en un doble Día de la Marmota debido a la unidireccionalidad de los mercados; S&P 500 +23,3 y Nasdaq +24,88% en 2024, sesgados por las Magnificent 7 y con un dato demoledor; las 10 primeras compañías del S&P 500 suponen más del 36% del índice.
Lamentablemente, en los mercados la marmota Phil no es capaz de decirnos si este año el invierno acabará antes o no, y donde hará más o menos frío. Con una amenaza adicional, el FOMO. Apostamos por lo que ha funcionado los últimos años a pesar de los altos múltiplos, o por otras partes del mercado que han estado olvidados y están a múltiplos muy atractivos, a riesgo de perdernos la eventual subida de los de siempre.
Selección, nuestro fondo de referencia en Cobas AM, ha conseguido una rentabilidad superior al 23%, en línea con los dos sospechosos habituales, S&P y Nasdaq, lo que resulta llamativo teniendo en cuenta que nuestro estilo de inversión, la inversión en valor, ha quedado lejos de estos índices (MSCI Value Europe 12,18%; MSCI World Value Index 11,47%).
Con esto no quiero dar a entender que cada año vayamos a ser capaces de estar al nivel del tipo de activo que mejor se comporte, sino dar luz sobre cuáles son los motivos que han causado esta descorrelación y que, en mi opinión, nos sirve como base para estructurar nuestras decisiones de inversión.
En los mercados, a corto plazo, domina la incertidumbre, hay una gran cantidad de riesgos exógenos imposibles de predecir sobre los cuales basamos nuestras cábalas a principio de año: cuál será la inflación y la política monetaria, en qué desembocarán las tensiones geopolíticas, cómo evolucionará el precio de la energía…
Sin embargo, existe la posibilidad de fijarnos en aquellos elementos inmutables en el tiempo que nos aseguran, independientemente de lo que pueda pasar en años concretos con esos factores exógenos, acabar teniendo rendimientos solidos en el largo plazo. El proceso inversor de Cobas AM se centra en buscar esos factores inmutables que nos permitan obtener esas rentabilidades sólidas en el largo plazo. A continuación, podéis encontrar alguno de los elementos clave:
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Buscamos compañías que generan beneficios y con ventajas competitivas: El valor de una compañía lo determina su capacidad de generar beneficios. Las compañías que aumentan sus beneficios con el tiempo ponen al tiempo a nuestro favor; si el mercado no la valora correctamente cada vez aumentará más la divergencia entre precio y valor, y el mercado las acabará arbitrando.
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Múltiplos atractivos: El objetivo debe ser pagar lo menos posible por esas empresas de calidad. Cuanto más barato compres una compañía respecto a su capacidad de generar beneficios, más probabilidades hay de que sus retornos sean mayores. Es importante diferenciar entre qué es una buena compañía y qué es una buena inversión.
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Compañías poco apalancadas y margen de seguridad: Un exceso de deuda puede poner en riesgo su estabilidad operativa e incluso su supervivencia en situaciones complicadas de mercado. La deuda excesiva es la mayor enemiga del largo plazo. El fondo tiene un potencial superior al 140%, lo que implica un enorme margen de seguridad clave para minimizar riesgos.
2024 es una muestra clara de que el valor de una compañía a largo plazo depende de su calidad y capacidad de generar beneficios. La madurez de nuestras tesis y sus buenos resultados han provocado que el mercado las ponga en valor a pesar de que nuestro estilo de inversión en agregado haya sido el más favorecido. Habrá años que nos quedaremos por detrás, y otros como 2024 o 2022 (Selección hizo cerca de un +10% en un año donde todos los tipos de activos quedaron en negativo) donde el mercado ponga en valor nuestras compañías. Nunca podremos escapar de la arbitrariedad del corto plazo, pero invertir en buenos negocios a buenos múltiplos es una garantía de buenos rendimientos en el largo plazo.
Por lo tanto, hay maneras de salir del bucle temporal en el que comenzamos todos los años y no depender de la marmota Phil para saber cuáles van a ser los tipos de activos ganadores. En nuestras manos está.
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