La lectura de la biografía de Albert Einstein me hizo reflexionar acerca de las consecuencias que han tenido en la evolución del ser humano las ideas de ese pequeño grupo de individuos capaces de desmarcarse del pensamiento dominante.
¿Y por qué nos cuesta tanto el pensamiento out of the box, es decir, al margen del pensamiento mayoritario o grupal?
Obtuve una respuesta en la lectura del libro de Judith Rich Harris: No hay dos iguales.
Según su investigación, el cerebro humano ha evolucionado para desarrollarnos socialmente a través de tres sistemas: sistema de relación; sistema de socialización; y sistema de estatus.
El cerebro ha evolucionado de esta manera con el fin de desarrollar una estrategia adaptativa imprescindible para subsistir. No en vano, es enorme la herencia genética que recibe el ser humano para adecuarse a la sociedad, a tres niveles: su tendencia a establecer y conservar relaciones; su tendencia a ajustar su comportamiento a las normas y las costumbres de la sociedad en la que vive; y su tendencia a competir con los otros miembros de su sociedad, y si es posible superarlos en algún sentido. Ya en 1799, el político y filósofo estadounidense Thomas Jefferson escribió en una carta a William G. Munford:
“El hombre está hecho para la sociedad y está dotado por naturaleza de las inclinaciones que le hacen apto para la sociedad”.
Partiendo de esta premisa, es bueno que se produzcan alteraciones en individuos que sean capaces de expresar sus propias opiniones, aún a costa de poner en jaque el pensamiento mayoritario. Porque es dentro de este grupo aparte donde han surgido históricamente ideas excepcionales que han permitido al ser humano explorar otros caminos y evolucionar inesperadamente. Existen ejemplos de estos acontecimientos en todas las áreas del conocimiento y la expresión.
En el Renacimiento, por ejemplo, encontramos a Leonardo Da Vinci, de asombrosa personalidad. Da Vinci fue pintor, anatomista, arquitecto, paleontólogo, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filosofo, ingeniero, inventor y músico. Su gran curiosidad e independencia le convirtieron en un exponente claro de la evolución del hombre que piensa por sí mismo.
Gracias a las premisas e hipótesis de los contrarian la evolución humana se acelera
En el siglo XVI, y en el ámbito religioso, encontramos a Juan de Mariana. Según definición de Juan Luis Albor, Mariana fue: “un hombre de carácter independiente, de gran entereza, presto para dar su opinión sin sentirse coaccionado por calidad de personas ni estrechos patriotismos”. Perteneciente a la Compañía de Jesús, estudió Arte y Teología. Mariana se manifestó públicamente en contra de la adulteración de las monedas, tanto en su De rege et regis institutiones de 1605 como en De monetae mutatione. Este último libro provocó su encarcelamiento por orden de Felipe III y de su valido el Duque de Lerma debido a las alusiones específicas a la modificación que se estaba practicando en el peso de la moneda. En De Regis Institutione, según sus acusadores, Mariana había dado legitimidad al tiranicidio inspirándose en Santo Tomas de Aquino, justificando la revolución y la ejecución de un rey por el pueblo si el rey es un tirano.
Se ha descubierto que también Cervantes, en Don Quijote de la Mancha, hace alusión a las políticas de adulteración de la moneda de los Habsburgo. En su obra explica que el fenómeno de adulteración alteraba el color de las monedas, de manera que aquellas con más porcentaje de cobre se volvían negras. Así, cuanto más negra era una moneda, menos valor tenía. En Don Quijote aparece la moneda, el intercambio comercial y el intento por parte del individuo de sostenerse en un mundo burgués incipiente. Ya el primer símil presente en el Quijote trata de la pezuña de Rocinante y se describe así: “tenía la pezuña más cuartos que un real”. En verdad, está aludiendo a la situación monetaria de la España de aquel entonces, donde los Habsburgo estaban adulterando el real, quitando contenido de plata de la moneda del vellón.
A lo largo de la historia, todos los pensadores contrarian han tenido que enfrentarse a momentos duros porque lo que decían era rechazado por el pensamiento grupal. Pero con el paso del tiempo, en muchos casos se ha descubierto que sus premisas y sus hipótesis eran ciertas, y que es gracias a ellos por lo que la evolución humana se acelera.
En inversión, para obtener resultados por encima de la media, es imprescindible hacer las cosas de manera distinta a la mayoría. Hay que vender cuando todos compran; y comprar cuando todos venden. Hay que comprar lo que nadie quiere; y vender lo que todos quieren. Hay que evitar euforias y pánicos. Hay que ver, al fin, lo que nadie ve. Y para hacer todo esto, es esencial desarrollar un criterio propio, consistente y fundamentado al margen del pensamiento dominante. Ese criterio propio, que es en definitiva el único pensamiento contrarian genuino, no se hace en un día. Es el producto de largos años de esfuerzo sostenido en tres acciones siempre infrecuentes: profunda atención a la realidad, lectura continuada y exigente reflexión.
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