Artículo publicado en Forbes España Noviembre 2024

El ‘value investing’, esa forma de invertir que busca acciones que están por debajo de su valor real, ha estado en el ojo del huracán últimamente. Los inversores han estado cuestionando si sigue siendo una buena idea, especialmente porque no ha rendido tanto como otras estrategias de inversión, como el growth. Pero parece que puede cambiar la tendencia desde 2024 y más allá.
Pero antes de profundizar en las perspectivas de esta estrategia de inversión, sería bueno recordar algunos puntos fundamentales:

 

El ‘value investing’ trata de encontrar empresas que el mercado no valora como debería. Es como ir a las rebajas y encontrar ropa de marca a precios de liquidación. Figuras como Benjamin Graham y Warren Buffett han hecho de esto su filosofía de vida. Buscan acciones que están por debajo de lo que realmente valen y esperan que el mercado se dé cuenta y suba su precio.

 

En los últimos diez años, el ‘value investing’ ha estado un poco en la sombra, especialmente comparado con el growth, que busca empresas que crecerán mucho en el futuro. Esto se debe a la fiebre inversora por las compañías tecnológicas y a que el mercado ha favorecido a las inversiones de largo plazo.

 

Ahora, en 2024, el ‘value investing’ presenta una oportunidad de inversión muy interesante. Los tipos de interés están en niveles altos y el crecimiento económico es irregular, lo que podría ser bueno para las empresas value.

 

En el contexto actual, los mercados financieros están experimentando una volatilidad significativa debido a una serie de factores, incluyendo la incertidumbre política, la inflación persistente y las políticas monetarias restrictivas de los bancos centrales.
Esta situación ha llevado a una revaluación de activos, donde las acciones de crecimiento han mostrado signos de agotamiento, mientras que las empresas con balances sólidos y valoraciones razonables han comenzado a atraer más atención.

 

Mirando al futuro, hay razones para ser optimista con el ‘value investing’. Con la estabilización de los tipos de interés, las empresas de buena salud financiera y con fundamentos sólidos pueden beneficiarse. Además, las valoraciones de estas empresas están por debajo de su valor intrínseco, lo que sugiere que hay margen para la apreciación del valor.

 

Sin embargo, no debemos obviar los riesgos u otras consideraciones que pueden afectar a las inversiones. Por un lado, es crucial entender las fases económicas para saber cuándo invertir en una compañía o sector y cuándo esperar. Por otro lado, la digitalización y el cambio climático están afectando a las industrias tradicionales, lo que puede influir en el valor de las empresas.

 

En definitiva, el ‘value investing’ es una estrategia sólida y más que válida para proteger y aumentar el poder adquisitivo de nuestros ahorros. En un mundo donde todo cambia rápido, el ‘value investing’ ofrece estabilidad y sentido común. Los próximos años pueden ser una oportunidad para los inversores ‘value’, ya que las condiciones actuales favorecen la búsqueda de empresas infravaloradas con potencial de crecimiento a largo plazo. Con paciencia y análisis, podemos encontrar joyas escondidas en el mercado que nos ofrecerán grandes beneficios.

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