Todo lo siguiente sonará irrelevante a Marty McFly (Regreso al Futuro 1, 2, 3…) y otros como él, o a los videntes que sepan lo que va a pasar. Pero para los que se parezcan más a mí, aquí va: para invertir no hay que adivinar; es más, hay que huir de todo lo que se le parezca.
Todo inversor se enfrenta cada día con la incertidumbre. Los mercados son inciertos porque la realidad a nuestro alrededor lo es, y aún más impredecibles son las reacciones de las personas, que son quienes forman esos mercados. Todo influye en todo, y todo está conectado. Por ejemplo, si llueve mucho en Australia e Indonesia se ralentiza el envío de carbón, que a su vez hace subir el precio de la electricidad, aumenta la inflación, suben los tipos de interés y los costes de las hipotecas, baja el presupuesto para las vacaciones… O a lo mejor se manda menos carbón. Entonces, por asociación, desciende el coste de mandar grano, cae el precio de la comida, bajan la inflación y los tipos y sube el presupuesto para las vacaciones… ¿En qué quedamos? ¿Compro o vendo, o me voy de vacaciones o no?
La verdad, es que yo no me siento capacitado para adivinar demasiado. Una vez hice una quiniela y acerté ¡cero…! A decir verdad, tampoco me he cruzado con nadie que pueda adivinar mucho más que yo. Como para fiarse, vamos.
Desafortunadamente, en la industria de la inversión, tal vez por su competitividad, es como si muchos se vieran empujados en un “juego del gallina”, de “a ver quién se atreve más”. Profesionales muy preparados, acostumbrados a transmitir seguridad en sí mismos en el colegio, el máster,…ahora compitiendo por el próximo ascenso y por ver quién se acerca más al borde del precipicio: por ejemplo, como llueve en Australia, compra, y la rentabilidad esperada es del 15% en los próximos 6 meses..!
El círculo virtuoso del trabajo duro, en algún momento se tornó en el círculo vicioso de la predicción. Supongo que, en cierto modo, la frase más difícil en finanzas es decir “NO LO SÉ”. La verdad, es que, en ocasiones, tras intentarlo con todas las fuerzas, se llega a callejones sin salida, y es vital admitirlo.
A menudo, la duda razonable es demasiado grande y por eso NO debemos invertir
Este acto liberador, de humildad a regañadientes, nos ayuda a mantenernos haciendo lo que de verdad es nuestro trabajo, lo que de veras podemos hacer, que en mi caso es entender negocios, valorar activos y aprender quiénes gestionan sus empresas mejor, quiénes peor, en qué se diferencian, cómo evolucionan, etc. Y más importante aún, nos ayuda a reconocer que, a menudo, la duda razonable es demasiado grande y por eso NO debemos invertir.
Un ejemplo reciente para mí, fue la operadora móvil india RJio, propiedad del magnate Mukesh Ambani, el más rico de ese país. Su operadora, recientemente creada, pero con activos de enorme calidad ($22,000 millones gastados en espectro y fibra…), iba a lanzar un ataque frontal en 4G para captar 100 millones de clientes en 6 meses. Es decir, 2,5 veces el tamaño de Telefónica España, ¡pero en 6 meses!
La operadora valía cero en el conglomerado Reliance Industries, pero el lanzamiento tenía grandes visos de triunfar y captar un volumen enorme de clientes. Al fin y al cabo, el servicio era mejor que el de la competencia y se ofrecía gratis por unos meses.
Pero la gran pregunta final, que no pude responder, fue: ¿va a ganar mucho o va a perder mucho más según cómo responda la competencia? En la India, la competencia en telecos ha sido feroz durante años, y era difícil prever si habría guerra de precios o no. Con guerra, RJio podría desangrar la matriz y valer negativo, mucho menos que cero. Sin guerra, sería un movimiento brillante.
La decisión correcta en su momento era admitir con humildad que podía pasar de todo, y que lo honesto era decir: “no lo sé, no soy adivino”, invertir no es el casino…Desde entonces su matriz Reliance Industries ha subido un 40%, también ayudada por el entorno favorable en sus otros negocios… Por ahora la competencia en la India ha optado por la consolidación y no la guerra de precios.
Es primordial aceptar que muchas oportunidades se nos escaparán, cuando no podamos entenderlas bien del todo. Pero no pasa nada, invertir también se basa en evitar los “errores no forzados”. A día de hoy, además de estar mucho más cara la compañía, la verdad es que sigo sin verlo claro. Así que sólo me queda una… seguir buscando, que hay muchas otras oportunidades esperando.
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