Cualquiera que conozca los fundamentos de la inversión sabe que la bolsa es la opción más rentable a largo plazo, y con mucha diferencia. Por eso, la bolsa debe estar presente en mayor o menor medida en las carteras de la gran mayoría de inversores.
Pero, ¿cuál es la mejor manera de invertir en bolsa? Esto no está tan claro. Dos de las alternativas principales son comprar directamente acciones de empresas, y hacerlo a través de fondos de inversión. En este vídeo te contamos las diferencias entre ambas opciones, y las ventajas e inconvenientes de cada una de ellas.
Las acciones representan una fracción del capital social de una empresa. Al comprarlas nos convertimos en propietarios parciales.
Si una compañía está dividida en total en 1 millón de acciones y compramos 10.000, seremos propietarios del 1% de esa empresa.
Los accionistas de empresas que reparten dividendos reciben periódicamente una parte de las ganancias de la compañía. Si el valor de la empresa aumenta, el precio de la acción será mayor y el accionista podrá vender sus títulos a un precio superior al que los compró, obteniendo una plusvalía.
Cualquier persona puede comprar acciones de forma sencilla a través de un bróker, una entidad que facilita la compra y venta de valores en los mercados financieros. Lo complicado, claro, es saber elegir en qué acciones invertir, cuánto dinero invertir en ellas y en qué momento, para obtener la mayor rentabilidad posible.
Un fondo de inversión es un fondo que agrupa el dinero de numerosos inversores, y lo invierte de manera conjunta en una variedad de activos como acciones, bonos, o inmuebles. El equipo gestor se encarga de decidir dónde invertir el capital según su estrategia y sus objetivos.
Hay una enorme variedad de fondos distintos que invierten en acciones.
Según la gestión del fondo, tenemos por un lado los fondos de gestión activa. Un equipo de gestores profesionales analiza de forma constante el mercado y selecciona los activos que considera más prometedores para obtener la máxima rentabilidad. Estos fondos suelen tener comisiones más elevadas, que van a pagar los salarios del equipo gestor, y buscan obtener rendimientos superiores a los del mercado.
Por otro lado están los fondos de gestión pasiva, que buscan replicar el rendimiento de un índice bursátil, como por ejemplo el S&P 500 en Estados Unidos. El fondo invierte exactamente en los mismos activos que el índice, por eso no es necesario un equipo gestor detrás, y las comisiones suelen ser más reducidas.
Cada fondo tiene su propia filosofía de inversión. Un ejemplo es el value investing, filosofía que seguimos para los fondos de Cobas. Consiste en encontrar activos infravalorados por el mercado, con un negocio muy sólido y con gran potencial de rentabilidad en el futuro.
Hay fondos de inversión sectoriales, que recogen empresas de un sector específico como el tecnológico, el sector de la salud o el de las energías renovables. Tenemos también los fondos geográficos, que invierten en empresas de una o varias regiones específicas. Esto nos permite invertir en economías emergentes, por ejemplo.
La mayoría de bancos ofrecen fondos de inversión, aunque las empresas más especializadas son las gestoras de fondos, como Cobas.
Vamos a ver cuáles son las ventajas e inconvenientes de las acciones y los fondos de inversión.
Al invertir en acciones, lo habitual es pagar comisiones relativamente elevadas por cada transacción, por cada compra o venta. Si hacemos pocas transacciones, por ejemplo invertir en cada empresa a muy largo plazo sin intención de vender, las comisiones que pagaremos se verán reducidas.
Los fondos de inversión suelen tener una estructura de costes más compleja. Casi todos cobran una comisión anual de gestión, y hay otras comisiones como la de entrada y salida que algunos fondos cobran, y otros no.
Construir una cartera diversificada comprando acciones sueltas es lento y costoso, ya que debemos adquirir una enorme cantidad de acciones. Mantener el equilibrio en la cartera supone también un esfuerzo, ya que implica realizar transacciones de compra y venta frecuentes. El tiempo de dedicación es alto, y además es necesario tener buenos conocimientos de inversión.
Los fondos de inversión incluyen la diversificación que el inversor desea, ya que existen fondos para todos los gustos. No es necesario ningún esfuerzo para construir y mantener una cartera diversificada, solo debemos aportar capital a los fondos y nada más. El trabajo de diversificar y mantener la cartera a lo largo del tiempo lo delegamos en el equipo gestor.
Por supuesto, siempre hay que revisar nuestras inversiones y elegir los fondos que más nos convienen en cada momento.
Invertir en acciones sueltas le da un mayor control al inversor. Puede confeccionar su cartera como quiera. En este punto hay que tener cuidado con el sesgo de ilusión de control.
Los fondos de inversión son packs de acciones que pueden ir cambiando con el tiempo, y no necesariamente de la forma que al inversor le interesa. Sin embargo, hoy en día hay una amplia oferta de fondos de inversión y se puede confeccionar una cartera bastante personalizada seleccionando varios buenos fondos, sin necesidad de invertir en acciones sueltas.
Construir una cartera diversificada comprando acciones puede requerir de un capital inicial elevado. Hay acciones que tienen un precio alto. Por ejemplo, Amazon rondaba los 230 dólares por acción a finales de 2024, Tesla se acercaba a los 500 dólares, y Netflix superaba los 900 dólares. Hay brókers que permiten comprar fracciones de acciones y evitan así este inconveniente, pero no siempre es posible.
Muchos fondos de inversión tienen una cuantía mínima para invertir, pero suele ser asequible para la gran mayoría de inversores. Solo algunos fondos muy exclusivos para grandes capitales exigen inversiones mínimas elevadas.
Cada vez que vendemos una acción con ganancias, debemos pagar impuestos. El coste de estos impuestos para mantener una cartera de acciones equilibrada puede llegar a ser considerable.
Los fondos de inversión suelen optimizar su fiscalidad para que cuando un inversor retire capital, tenga que pagar el mínimo de impuestos posible. Además, muchos países permiten traspasar capital entre fondos sin pagar impuestos, lo cual es una ventaja importante.
La gran mayoría de inversores particulares no son expertos en inversión y no quieren dedicar demasiado tiempo a hacerlo. Para ellos, los fondos de inversión son la alternativa más práctica. La diversificación está ya incluida, delegamos la gestión en un equipo de profesionales, y en general requiere menos esfuerzo y preocupación.
Por supuesto, debemos tener muy en cuenta nuestro perfil y objetivos a la hora de confeccionar nuestra cartera. A cada inversor le interesan unos fondos distintos, por ejemplo con mayor peso de la renta variable o de la renta fija.
En Cobas ofrecemos varios fondos de inversión con distintas estrategias y objetivos, todos ellos basados en la filosofía del value investing. Visita nuestra web cobasam.com y echa un vistazo a las distintas opciones, por si alguna encaja para tu cartera de inversión.
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Gracias por ver hasta el final y nos vemos en un próximo vídeo, aquí, en el canal de Cobas.
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