El futuro de las pensiones de reparto es incierto, tanto en España como en otros muchos países. La principal alternativa son los sistemas de capitalización y los planes de pensiones privados. Sin embargo, estos tienen un problema muy grave del que no se suele hablar y que puede hacer que den resultados decepcionantes. En este vídeo te contamos cuál es este gran problema, y qué hacer para evitarlo.

En España y otros muchos países, el principal plan de jubilación para los ciudadanos es un sistema público de reparto. Las pensiones de los jubilados actuales se pagan con las cotizaciones de los trabajadores actuales.

Para que los sistemas de reparto funcionen, la cantidad de trabajadores cotizando debe ser lo más alta posible, y la cantidad de pensionistas lo más reducida posible. En España y otros muchos países el número de jubilados está creciendo con mucha fuerza, y el número de trabajadores crece mucho menos o incluso está estancado. Por eso, el futuro de estos sistemas es muy incierto.

La alternativa al reparto son los sistemas de capitalización en los que cada ciudadano ahorra en un plan individual donde va amasando un patrimonio de cara a la jubilación. Esto suele hacerse a través de planes de pensiones privados.

Pero este sistema tiene un gran problema que hace que las personas que lo siguen no tengan una pensión futura acorde a sus expectativas. En este vídeo te contamos cuál es ese problema, y cómo evitarlo. Y para ello vamos a ver dos ejemplos de pensiones de capitalización. Seguir leyendo

En España el sistema de pensiones es público y de reparto. Los trabajadores por cuenta ajena y la mayoría de trabajadores por cuenta propia están obligados por ley a cotizar en este sistema, pero hay algunas excepciones. Por ejemplo, la de los abogados.

Desde 1996 los nuevos abogados pueden decidir si se dan de alta en el sistema público de pensiones de reparto, o si renuncian a ello y cotizan para su jubilación a través de la mutualidad de la abogacía.

Quienes cotizan a través de la mutualidad se adscriben a un sistema de capitalización. Su pensión futura se pagará con los activos acumulados durante su vida profesional. Cada abogado debe decidir cuánto cotizar, y en función de esa cantidad podrá percibir una pensión más reducida o más elevada en el futuro.

Pues bien, de los alrededor de 60.000 abogados que cotizan a través del plan de previsión social de la mutualidad de la abogacía a mediados de 2024, unos 2.500 se organizaron para protestar públicamente porque las pensiones que van a percibir en el futuro no se ajustan a sus expectativas, y quieren cambiarse al sistema público. Esto se debe, claro, a que no han cotizado lo suficiente durante su vida laboral.

Estas casi 2.500 personas consideran que el sistema de capitalización les ha fallado.

En Chile, el sistema público de pensiones se basa en un modelo de capitalización, no de reparto. La pensión que reciben los ciudadanos chilenos es muy baja con respecto a los salarios. Esto es lo que se llama tasa de reemplazo.

La tasa de reemplazo es la relación entre la pensión media y el salario medio a lo largo de la vida laboral de los trabajadores. Por ejemplo, si el salario medio a lo largo de la vida laboral son 20.000€ y la pensión media son 10.000€ anuales, la tasa de reemplazo es del 50%.

España es uno de los países de la OCDE con una mayor tasa de reemplazo, por encima del 70%. En Chile, es inferior al 35%, menos de la mitad que en España. Esto parece indicar que un sistema de reparto como el español es muy superior a uno de capitalización como el chileno, pero hay dos problemas.

El primer problema es la sostenibilidad [mostrar frase sobre el vídeo]. El sistema chileno es totalmente sostenible, porque la pensión de cada persona proviene de sus contribuciones a lo largo de su vida.

El español, en cambio, se financia en cada momento con las aportaciones de los trabajadores actuales. Si la proporción entre trabajadores y pensionistas se reduce, el sistema tendrá problemas financieros y las pensiones deberán reducirse. Y las previsiones demográficas indican que esto sucederá en España, y en otros muchos países.

El segundo problema son las aportaciones. En España, las cotizaciones obligatorias son del 28,3% del salario bruto del trabajador. En el caso de Chile la cotización obligatoria es del 10%. Es decir, los trabajadores chilenos están aportando un tercio que los españoles cada mes.

Si un chileno aportase el 28,3% de su salario bruto igual que es obligatorio en España, tendría una tasa de reemplazo superior al 100%.

Viendo estos dos ejemplos, el problema está bastante claro. En un sistema de capitalización, la principal razón de obtener pensiones bajas es haber hecho aportaciones muy reducidas durante la vida profesional.

El sistema español obliga a los trabajadores a aportar casi un 30% de su salario bruto cada mes. Así, las aportaciones elevadas están garantizadas por ley.

En Chile solo es obligatorio aportar el 10%. Y en el caso de los abogados españoles que comentábamos, cada abogado decide cuánto quiere aportar a su plan de previsión. Si los chilenos y los abogados aportaran un 30% de su salario bruto a su plan de jubilación, probablemente tendrían pensiones muy superiores a las del sistema de reparto español.

Por lo tanto, el problema no está en los sistemas de capitalización ni en los planes de pensiones privados. El problema está en la falta de responsabilidad y disciplina de muchas personas de cara a ahorrar para su jubilación.

Los planes de pensiones privados y otros muchos vehículos de inversión, como los fondos de inversión, no siempre dan buenas rentabilidades.

Según datos de INVERCO, la rentabilidad media anual de los planes de pensiones en España en un plazo de 25 años es inferior al 3%, incluso para los planes de pensiones de renta variable.

Estas rentabilidades tan poco atractivas no animan a los ciudadanos españoles a invertir para complementar su pensión pública futura.

Lo primero que debe hacer cualquier persona que quiera invertir para su jubilación es tener la responsabilidad y la disciplina para hacerlo. Como hemos analizado en este vídeo, esto influirá enormemente en nuestros resultados a largo plazo.

Y lo segundo es elegir muy bien los vehículos de inversión. La rentabilidad media de los planes de pensiones a largo plazo es mediocre porque históricamente las entidades financieras españolas han ofrecido productos mediocres.

Invertir a largo plazo en renta variable diversificada suele traer buenos resultados, con rentabilidades alrededor del 10% medio anual. Es el caso del S&P 500, uno de los índices bursátiles más importantes de Estados Unidos y del mundo, y también del IBEX 35 en España teniendo en cuenta sus dividendos. No es una cifra para nada descabellada.

Por supuesto, lo que te acabamos de contar es puramente informativo. Para tomar decisiones de inversión adecuadas para ti, debes conocer muy bien tu perfil inversor y tus objetivos, y a ser posible obtener ayuda de un asesor profesional.

En Cobas, además de fondos de inversión, ofrecemos planes de pensiones que invierten en valor, es decir, en empresas de gran calidad a largo plazo. En nuestra web cobaspensiones.com tienes toda la información. Te dejamos el enlace en la descripción de este vídeo.

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Gracias por ver hasta el final y nos vemos en un próximo vídeo, aquí, en el canal de Cobas.

 

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