¿Qué es lo que hace que un inversor tenga éxito o pierda dinero? Elegir activos que dan una buena rentabilidad es fundamental, pero no es suficiente. Hay varios factores que pueden marcar la diferencia entre tener una buena rentabilidad, una rentabilidad mediocre, o incluso tener pérdidas. Y uno de los factores más importantes es la edad del inversor.
En este vídeo te contamos cómo invertir según tu edad en base a la Regla del 120, y vemos por qué buscar siempre la máxima rentabilidad puede ser un gran error.
Uno de los principales objetivos de cualquier inversor es obtener una buena rentabilidad. Y el activo más rentable de la historia a largo plazo es la renta variable, es decir, las acciones de empresas.
Según los datos del libro “The Future for Investors” de Jeremy Siegel, un dólar invertido de forma diversificada en acciones de empresas estadounidenses en el año 1802 habría alcanzado en términos reales, descontando la inflación, un valor de más de 2.300.000 dólares para el año 2021. Es una rentabilidad de casi el 7% anual de media, muy superior a la de otros tipos de activos.
El índice Standard & Poors 500 recoge desde 1957 las 500 mayores empresas de Estados Unidos. Desde entonces el índice ha ofrecido una rentabilidad media anual superior al 10%. La rentabilidad media anual real, descontando la inflación, es superior al 7%. Alguien que invirtiera 1.000€ en 1995 tendría en 2025 más de 17.000€.
El principal índice bursátil de España, el IBEX 35, recoge las 35 empresas más importantes del país desde 1992. Su rentabilidad media anual supera el 8,7%. Si restamos la inflación, la rentabilidad media anual real ronda el 6%. Alguien que invirtiera 1.000€ en 1995 tendría en 2025 más de 12.000€.
Por eso la renta variable es uno de los activos más importantes en cualquier cartera de inversión. Queremos rentabilidad, y la renta variable nos la da. Pero, ¿por qué no deberíamos invertir todo nuestro capital en renta variable?
El gran problema de la renta variable es su volatilidad. Los números que acabamos de ver son medias anuales, pero hay años o incluso épocas más largas cuando los mercados caen y las inversiones pierden valor.
Un ejemplo reciente fue la crisis financiera de 2008. El índice S&P 500 perdió más de la mitad de su valor entre 2007 y 2009, y hasta 2013 no consiguió recuperar su valor previo. En ese periodo de 6 años el índice estuvo en pérdidas.
Esos períodos pueden ser más largos. Durante la Gran Depresión, en los 10 años entre 1929 y 1939, el S&P 500 ofreció una rentabilidad media anual de -5%, es decir, pérdidas medias del 5% anual durante 10 años. Fue su peor década de la historia.
Si cogemos un periodo de 20 años, la cosa cambia. El periodo de 20 años menos rentable del S&P 500 fueron los años entre 1929 y 1949. Ese período incluye la Gran Depresión, que fue una de las mayores crisis económicas de la historia moderna, y la Segunda Guerra Mundial. A pesar de ello, en esos 20 años el S&P 500 tuvo una rentabilidad media anual positiva del 2%.
Es decir, la renta variable es muy rentable a largo plazo, pero en periodos de 10 años o menos podríamos sufrir pérdidas.
La renta fija son bonos de deuda emitidos por gobiernos y empresas. Otorgan una rentabilidad fija, por eso se considera una inversión mucho más segura que la renta variable.
El funcionamiento es muy sencillo. Si compramos un bono de deuda a 5 años por valor de 1.000€ y un cupón anual del 2%, cada año durante los próximos 4 años recibiremos 20€, el 2% de los 1.000€ invertidos. Y en el quinto año, cuando vence la deuda, recibiremos los 1.000€ que invertimos inicialmente y los 20€ del bono de ese año.
De nuevo según los datos del libro “The Future for Investors” de Jeremy Siegel, un dólar invertido en 1802 en bonos diversificados estadounidenses, con plazos entre 3 y 10 años, habría crecido hasta los 2.163 dólares en 2021 en términos reales, descontando la inflación. Es una rentabilidad de más del 3%, muy inferior a la de la renta variable.
La renta fija de más corto plazo, hasta 2 años, ofrece una rentabilidad menor, pero puede ser interesante en ciertas situaciones.
La renta fija es una inversión más segura a corto plazo, y la renta variable es una inversión mucho más rentable a largo plazo. Siendo así, podemos intuir que alguien joven debería invertir principalmente en renta variable, y alguien que está cerca de jubilarse puede preferir dar más peso a la renta fija para evitar posibles pérdidas si la bolsa cae.
¿Qué porcentaje de nuestra cartera deberíamos asignar a la renta variable y a la renta fija? Una respuesta que se adapta bastante bien a las necesidades de la mayoría de inversores es la regla del 120. Consiste en restar tu edad al número 120, y el resultado es el porcentaje de renta variable que debería tener tu cartera. Por ejemplo, si tienes 40 años, el resultado es un 80% de renta variable.
Este gráfico muestra el porcentaje de renta variable que debe tener un inversor para cada edad según la regla del 120. Con 20 años o menos, la renta variable debería ser el 100% de tu cartera. Con 30 años debería ser el 90%. Con 40 años el 80%, con 50 años el 70%, y con 60 años el 60%. El resto debería ser renta fija.
No hay que seguir la regla al pie de la letra, pero es una buena referencia. La idea general es muy clara: los jóvenes deben priorizar obtener la máxima rentabilidad posible a largo plazo gracias a la renta variable. Según avanza la edad es interesante restar volatilidad a nuestra cartera para evitar sorpresas, aunque ello implique sacrificar algo de rentabilidad.
Además de la edad, hay otros factores muy importantes que un inversor debe tener en cuenta para formar su cartera: su poder adquisitivo, su nivel de patrimonio acumulado, su nivel de liquidez, su aversión al riesgo, su situación familiar actual y en el futuro cercano… Todos estos factores deben tenerse en cuenta al invertir para evitar tomar decisiones que perjudiquen nuestra situación personal.
En Cobas ofrecemos productos que te permiten formar una cartera siguiendo la regla del 120. Para renta variable tenemos, entre otros, el fondo Cobas Selección, nuestro fondo estrella que invierte en renta variable internacional, tanto de países desarrollados como emergentes. Y para renta fija tenemos el fondo Cobas Renta, que invierte un 85% en renta fija, priorizando la deuda pública y los plazos cortos. Puedes ver los detalles en nuestra web cobasam.com. Tienes el enlace en la descripción del vídeo.
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Gracias por ver hasta el final y nos vemos en un próximo vídeo, aquí, en el canal de Cobas.
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